para piano, percusión y tocadiscos
La obra se centra en
temas universales: la repetición, la velocidad y la afinación.
Desde hace muchos años he estado interesado en los medios de
reproducción mecánicos, en el que los procesos son prácticamente
observables, tangibles. El vinilo gira a diferentes velocidades,
influenciando la afinación y generando sonidos residuales que
escapan de alguna manera al control del compositor. En mi obra, las
grabaciones, el sonido del piano se multiplica y se altera por la
acción mecánica de los aparatos. explorando diferencias
microscópicas, infinitesimales entre fuentes aparentemente
idénticas: desfases temporales, desviaciones microtonales en la
afinación, desigualdades imperceptibles en el timbre. Es
precisamente la unicidad de cada tocadiscos lo que produce una
proyección individual y prácticamente irrepetible de los materiales
grabados. Este "filtrado" individualizado y una cierta asociación
nostálgica al vintage tecnológico y a nuestra propia arqueología
personal crea el universo poético concreto de la obra. Los vinilos
funcionan como pequeñas máquinas del tiempo que nos retrotraen a un
pasado cercano, adyacente. Esto, sin embargo, se ve cuestionado por la actualidad de la
música, por su propio vínculo y articulación en el presente.
Walter Benjamin escribe: " La
verdadera imagen del pasado transcurre rápidamente. Al pasado sólo
puede retenérsele en cuanto imagen que relampaguea, para nunca más
ser vista, en el instante en que es reconocida.".
Me gusta pensar que mi obra se enmarca y sugiere un principio
semejante. Los objetos, los vinilos, se transforman en elementos
necesarios de un continuo estético individual cuyo “destello
histórico” se ve transformado y alienado por la propia inmediatez
del discurso musical: Stradivarius de plástico en la era digital.